Ingredientes para dos personas:
Espinacas frescas: 500 gramos
Sal
Aceite de oliva
Mantequilla: 1 cucharada de postre
Harina: 2 cucharadas de postre
Leche: 1 taza
Cebolla dulce: 1/4 de unidad
Chalota: media unidad (si no tenemos chalota, nos vale con un diente de ajo y un poco más de cebolla dulce).
Bacon: 3 lonchas finas
Pimienta blanca: al gusto
Nuez moscada: al gusto
(estos dos últimos ingredientes son opcionales)
Empezamos la elaboración:
En una cazuela ponemos agua con dos cucharaditas de postre de sal y llevamos a ebullición, cuando empiece a hervir, añadimos las espinacas, removemos y dejamos cocer a fuego medio durante 25 minutos. Escurrimos las espinacas (es importante que quitemos todo el agua posible), y reservamos.
Mientras cocemos las espinacas...........
Hacemos la bechamel. Para ello en una cazuela ponemos un chorretín de aceite de oliva, añadimos la chalota y la cebolla dulce que previamente habremos picado en cuadrados muy pequeñitos, dejamos pochar a fuego muy suave durante unos 10 minutos, si notamos que la cebolla todavía está un poco durita, lo dejamos pochar un poco más, ahora añadimos el bacon cortado en cuadraditos, rehogamos, ahora añadimos la mantequilla, dejamos que se derrita, ahora añadimos la harina, rehogamos durante 5 minutos, añadimos la leche, dejamos cocer el conjunto durante 5 minutos (la masa tiene que quedar algo más ligera que la masa de croquetas), añadimos las espinacas, removemos, añadimos la pimienta blanca, la nuez moscada, comprobamos el punto de sal y ahora bien, la jugosidad de este plato depende de nosotros, es decir, si nos gusta que las espinacas queden espesitas, nos bastará con la taza de leche y si vemos que nos gustan más ligeras, añadimos un poco más de leche. Todo esto volveremos a dejar cociendo otros 5 minutos más.
*Emplatamos y a comer, si queremos podemos añadirle un poquito de queso rallado.
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